martes, 13 de septiembre de 2016

La entereza de lo insignificante.

Hoy una sensación amordaza mi existencia, no encuentro cabida de mí mismo, mi ser se desborda sin contenerse en su propio rótulo. Cada vez que me recuerdo me veo reflejado en insignificancias, son señales disfrazadas de coincidencias, que frente a este prisma que llevo como sentido, le da sonido y resuena con-mi-ego, digo conmigo. De topetazo en topetazo avanzo, me impulsan amoroso en cada golpe, ya que más da si pega o besa, es inherente al camino. Parecen pasos torpes de bebe, desplazándose sin  temor a caer, en consecuencia llora y/o se levanta, pero no habla, porque no enmarca nada; sin duda sin esperanza de no caer, no alcanza a decir un paso a la vez, no quiero caer en alegoría, pero en cada paso en oscuridad, la vida me da donde pisar. 

Es tan insignificante que me hace contemplarlo en todas partes, la vida se volteo descontrolada, no estoy seguro si era yo el volteado porque me siento desorientado. En mi quedan restos de un espiral extendido en dos D, siento como vuelvo atrás, sé que es una ilusión de cuando no encuentro la perspectiva de disfrutar el sazón.

Aquella flamante entereza me entrega en cada bocado algo inefable sin agrado ni desagrado.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Siempre me acostado aprender.

Desde que soy camilo y tengo uso de memoria, mi aprendizaje fue muy lento, no me preocupaba por aprender, no tenía ganas de aprender, iba al colegio simplemente a estar sentado en una silla, mirar como ocurrían las cosas y sobrevivir a mi notable desventaja, mi niño es inherente al llanto, era lo que me identificaba hacia  los demás, él porque de esto ya no importa, pero queda hoy ausencia de regulación. No soy un adulto, no soy adolescente, no soy un niño no soy ninguno por separado, soy todos juntos a la vez, mis emociones de vez en cuando me invaden y me desquician de la realidad, me pongo torpe, necio y dejo de mirar-me; mí justicia me encarcela me aísla e distancia del contacto contigo-conmigo, coloco una barrera de injusticia que me da identidad, me pongo unos guantes que me imposibilitan contemplar-me; mis momentos de gloria se reflejan pírricamente en lo que no soy pero estoy siendo como una optimista historia. 

Estoy agotado de rumiar, me enfado con esta optimista historia, no quiero ser optimista, me adapto con tanta facilidad que no soy más que una optimista historia, he dejado la nobleza de ser, he dejado de ver nobleza… Sigo rumiando y este ruido dice que las experiencias son más allá de lo que somos, las experiencias están llenas de interacción, de un lenguaje silencioso y expectante, expectante al momento en el que saltas y no sabes si llegaste al cenit. Sin dudas me faltan palabras porque lo que siento es inefable, no se razona, y aunque es muy fácil de juzgarlo no deja de ser opulento.

Hoy no veo donde piso, pero quiero mirar, no confío tanto en la vida para dejarme caer, aunque la tendencia es despreocuparme y ser torpe, quiero vivir como un séneca del corazón.

martes, 3 de mayo de 2016

Certidumbre

Aún no sé en lo que quiero comprometerme, sé que quiero comprometerme conmigo mismo, para lo que sea que es lo que soy poder ser-lo, hoy quedan gotas abundantes de lo que para mí ego es torpeza y desorden, que en muchas ocasiones me ahogan en decisiones, a los que llamo propios hábitos me orientan hacía la repetición de entender él fracasar, rotundo y con inercia se instala a la brevedad, aunque puedo decir que me escucho de vez en cuando, y al parecer no hablo lo suficientemente alto para dejar que fluya, pues, mientras lo intento lo pierdo.

De ocurrencia temprana; efímera y fútil para mis sentidos, lo dejo pasar turbando entre ruidos, aclarece silencio como cuando sigo mi instinto, una acción es lo que necesito, de momentos, como si fuera un objetivo del principio y final. Única razón.

miércoles, 13 de abril de 2016

Recordando un poquito más...

El conocimiento de algo te acerca a ese algo, pero para realmente conocer hay que experimentar ese algo, con sólo palabras llenas de contenidos no se alcanza a ver ese algo realmente, existe un distanciamiento mental entre el algo y nuestro lenguaje, es por esto que al hablar de cualquier cosas no me basta con palabras llenas de significados, ni mucho menos de inteligencia.

Para conocer hay que experimentar, y dentro de la multiplicidad de cosas que puedo experimentar me detengo hoy en un verbo, una acción, o como dicen muchos una decisión...
Me pregunto, qué me mueve para poder elegir? qué hace que la elección sea mía? por qué preferimos entre diferentes cosas? 

Han sido grandes preguntas que me han dado la oportunidad de experimentar "Una Elección". El sólo hecho de observarme eligiendo y prefiriendo entre cosas me sorprende de lo automático de mis elecciones, sin entender por qué elijo, qué me hace elegir entre ese algo... 

De lo que nos han enseñado hoy en día a través de la Filosofía es que el ser humano tiene la capacidad de elección, y que dicha capacidad nos hace libres, debido a nuestra voluntad somos capaces de tomar una elección y por ende nos da la propiedad de ser libres. 
Esto es algo que damos por hecho, que siempre es así, y que jamás vamos a poder negar, porque si elegimos es por nuestra voluntad. 

Será que la Voluntad es lo que me hace elegir, acaso eso que llamamos "voluntad" nos hace ser quienes somos...  El ser humano libre  es él que a través de su voluntad elige que hacer o no hacer  con su vida...
 He notado en mí muchas preferencias que tienen como base conductas totalmente primitivas que están  programadas en mi organismo, y no hablo sólo de lo instintivo como comer o dormir. La satisfacción de cualquier necesidad nos otorga placer, esa sensación de estar prefiriendo lo que nos otorga bienestar y aún más, que vamos por un buen camino. Eso que me motiva a saciar mi necesidad es una elección otorgada desde mi propia voluntad o es una decisión que tiene como base un aprendizaje que es recompensado por mi organismo y me genera placer, acaso lo que me hace preferir tiene que ver con una recompensa generada? Tendré voluntad si mi organismo está condicionado a preferir entre placer o dolor,  generando  por una asociación que estimula  el placer o bienestar  a través de una conducta determinada; y que por ende, que éste sea un acto de  voluntad. Esta misma hipótesis la plantee en el caso de evitar el dolor, una conducta totalmente primitiva y automática.  

Esto me hizo preguntarme,  dónde y cómo se manifiesta la voluntad? Cuando soy yo el que decido?

Al tomar una decisión me encuentro en dos situaciones esenciales pero muy superficiales, la primera es tomar una decisión y la segunda no tomar una decisión, pero dentro de la lógica del lenguaje, la segunda esta dentro de la primera, pero a su vez está separada como un sub-sistema que está dentro de un sistema.

Según este planteamiento, y como conclusión  de lo dicho, diría que no somos capases de no-elegir, que si elegimos no-elegir estamos eligiendo. Pero esto también quiere decir otra cosa; si el ser humano no tiene la voluntad de poder no-elegir tendrá la condición de ser un ser-libre? Dentro de la misma lógica del lenguaje diría que no, ya que por más que decida no tomar una elección no podre. 

Esto me llevo a meses sin escribir, sin tener entusiasmo de poder plasmar en letras lo que me estaba pasando, a cuestionarme mis propias ganas, de, por qué  estoy haciendo lo que hago? Me considere un hombre sin voluntad por un instante.

Pero luego entre desordenes mentales, por un pequeñísimo instante de confianza, me reconocí, ahí estaba yo, tomando "Una decisión" prefiriendo entre cosas, cuando me di cuenta que hay una tendencia interna que esta sobre cualquier preferencia, y que te hace ser quien eres, esa tendencia interna podría llamarla voluntad, pero no voluntad sobre una decisión, sino sobre mí mismo, y que de momento a la elección no-preferí entre ser yo y no ser yo, si no, que no preferí, sólo hacia  sin elección.

La única forma que encontré de no elegir, es haciendo lo que surge espontáneamente, sin pasar por una toma de decisión, si no que la acción surja desde esa tendencia interna de ser quien soy, en otras palabras siendo coherente conmigo mismo.
Lo último es sólo una pincelada, aún siento que son palabras llenas de significados, pero fue una pizca de su beta. 

martes, 1 de diciembre de 2015

Moral, un programa informático

La moral se trasformo en una creencia que nos imposibilita ser consciente de nuestras acciones, ya que tomamos decisiones preconcebidas frente a un hecho que aún no ha pasado, como un patrón de comportamiento con un sentido  estático y programado.

Hay que ir más allá de la moral, la moral nos limita a no pensar ni sentir lo que estamos viviendo, nos dice "no hagas esto porque es malo", o "hace esto porque es bueno", pero que hay del momento de libertad de tomar una decisión, somos libres si tenemos una idea preconcebidas de lo que haremos, o sólo es un programa mental que nos indica como actuar. Hago o lo dejo de hacer las cosas por miedo? o por qué siento que lo que hago esta en  concordancia conmigo?. Ayudo por qué es bueno ayudar?, por qué  es bien visto por la sociedad? o por qué me nace ayudar en ese momento?  y si no ayudo esta mal?

Reconozco que la moral fue necesaria, pero en estos tiempos necesitamos consciencia no personas programadas a actuar como un computador, que están todo el día en piloto automático, creyendo que hacer algo "bueno" es normal. Lo normal es ser consciente de lo que hacemos o no hacemos! Que lo frecuente sea ser inconsciente no quiere decir que sea natural o propio del ser humano.

No hacer algo porque esta mal  es ser inconsciente de nuestras ser, eso es tener miedo de hacer algo que este mal visto por la sociedad. Por un aprendizaje adaptado a normas sociales. Las mismas normas que crean ciudadanos esclavos de "sí mismos".

La libertad esta en la toma de decisiones sin miedo y de manera consciente, esto quiere decir, que no elijo que es mejor o peor (bueno o malo), si no, elijo sin temer a lo que mi interior me indica, sin ideas o creencias preconcebidas a un hecho puntual. Actuó de acuerdo a lo que soy y con lo que soy me refiero a consciencia; claramente es un proceso distinto a lo aprendido, pero lo aprendido no siempre concuerda con lo que somos.

Se libre de ser quien eres y aprende a no elegir!
vive consciente!

domingo, 29 de noviembre de 2015

No hay nada que perdonar.

Por lo general nuestra concepción del perdón es más bien un gesto de humildad, de arrepentimiento, de "sanación". Desde niños nos han enseñado arrepentirnos de nuestras acciones como un buen comportamiento, es más nos hacen "verbalizar" y pedir disculpa frente a lo que hayamos hecho, y entramos en un estado de remordimiento en el mejor de los casos,  y en otras ocasiones  hasta somos castigados o simplemente somos mal visto frente a nuestras acciones. Como si fuera un error!

Lo que genera un sentimiento de culpa de por medio, el cual te hace llevar una carga emocional que no te deja ser libre, porque esa culpa te genera vergüenza, y esa vergüenza se aferrando  a tu pasado,  absorbiendo tu presente y temiendo de este,  a esto lo podríamos  denominar como  un aprendizaje por la culpa.


Pero cuando observo este fenómeno y lo plasmo como una experiencia sin calificarla como buena o mala,  me  indica que lo intrínseco de estos errores que hemos cometido,  es que  no  son errores; ya que esto a lo que llamas  error, sólo son momentos de coherencia con nuestra concepción mental del mundo, y lo que hayas hecho se sustentan en esa coherencia de cómo percibes la vida en ese momento, lo que nos hace  actuar como debería ser, ya que si sabias que lo que hacías era un error, entonces eso ya no es un error, eso es ser coherente con lo que sentías que tenias que hacer en ese momento, y si no sabías que es un error, eso tampoco es un error, ya que no tenias como saberlo, y eso es parte de la experiencia que te permite aprender. Pero más allá de esto, ese momento el que consideraste un error, si te das cuenta,  sólo fue una experiencia de metamorfosis, una experiencia que nutre tu ser, como el agua y el sol a la planta. Pero la vida no es sólo para aprender de lo que denominamos errores, ya que hay un montón de cosas que nos permiten nutrirnos día a día.


Y por supuesto no digo que esto está mal o bien, pero en la humanidad al estar en evolución  va adquiriendo nuevas formas de poder aprender. Por eso hay que dejar  lo obsoleto de lado y seguir con lo nuevo y mejorado. 


Luego de saber que en algún momento de tu vida viste errores en ella, considera la posibilidad de que ese "error" no fue un “error”, y que sólo fue parte de tu vida, parte del aprendizaje, y si en el proceso le hiciste daño a alguien, ese daño no es casualidad, ese daño es una experiencia que a esa persona le hacía falta vivenciar y poder nutrirse de ese "error", de algún u otro modo todo en la vida tiene un porqué y un para qué.
Las personas cuando no somos capaces de  aprender de lo que tenemos, necesitamos tener un contraste para poder apreciarlo y degustar  de las  experiencia  (de lo que vivimos) para poder saboreando sus nutrientes y  apreciando lo que nos ofrece la vida;  por eso estos momentos de "errores" sólo son causalidad de lo que necesitamos, ya que  la vida es abundante y te ofrece lo que en tu vida necesitas para poder disfrutar de ella.
Pero cuando funcionamos desde el contraste,  somos inconscientes de lo que tenemos, sin ser capaces de poder  ver lo que tenemos, y para poder ver lo que tenemos, tenemos que no tener lo que teníamos para poder ver.

Pero esta  no es la única forma de poder aprender. El aprendizaje ocurre mediante cualquier experiencia, por eso, si puedes aprender de lo que la vida te está dando, no será necesario tener un contraste para poder apreciarlo, solo hay que darse cuenta de lo que la vida te ofrece y vivir lo, sin teñirlo de bueno o malo. Disfruta de todo.

Y por último, date cuenta que cualquier cosa que hayas hecho no es un error! sólo fuiste coherente contigo misma.  Lo que eres hasta aquí como ser humano, lo has hecho con tus experiencias, sin una de ellas no existirías como tal.

Ámate,  acepta lo vivido y deja lo ir, no te amarres a la culpa.
Agradece el aprendizaje.
Has que valga la pena!

lunes, 9 de noviembre de 2015

Identidad.

Me he dado cuenta que a una persona no la reconozco por sus logros, ni por sus derrotas, no la reconozco por su apariencia, ni por su ausencia, no la reconozco por lo que sabe o por lo que no sabe, por lo que tiene o por lo no tiene, por lo que da o por lo que guarda. Da exactamente lo mismo que haga o deje de hacer, a una persona la reconozco cuando me veo en ella, cuando no la juzgo y me puedo ver con claridad, ver lo que realmente somos. Cuando me reflejo en esa personas, en todo lo que hace o lo que no hace, en todo lo que da o no da, en todo lo que sabe o no sabe, en todos sus logros y en todas sus derrotas... Ahí estoy yo, reflejándome en mí mismo, mirándome a la cara y reconociéndome en mi reflejo.

Cuando me miro en ti, puedo reconocerme, y ver todo lo que sé y lo que no sé, todo lo que regalo y lo que guardo, todo lo que veo y no veo, todo lo que acostumbro y todo lo que he dejado ir, todo lo que disfruto y lo que me causa disgusto, pero sobre todo, puedo ver todo lo que he amado. Mi reflejo eres tú, y tú eres yo.