Guerra entre iguales.

Cuando veo aquellos vídeos que se suben a la red sobre los conflictos entre manifestantes y carabineros agrediéndose mutuamente, no puedo quedarme sin detenerme a observar y reflexionar.  Veo una lucha entre iguales, personas que luchan  por protegen el bienestar público, y personas que luchan por un bienestar futuro. El sistema por el cual somos gobernados está completamente caducado y obsoleto, y como observadores  notamos con claridad el descontento de los ciudadanos, lo que me sorprende es que los jóvenes Chilenos sean tan ingenuos en poner sus energías en una guerra, como un ladrón pone energía para crear nuevos métodos para poder robar teniendo las capacidades y aptitudes y  facilidades para ser  un ingeniero, de esta misma forma los jóvenes fuente de evolución de nuestro país está implementando sus energías en una guerra, desde la terquedad caminan hacia  una pared sin puerta y queriendo llegar hasta el otro lado; con tanto   vigor, con tanto coraje, con tantas ganas de que haya paz e igualdad en nuestro país, nos segamos a luchar contra el sistema, y dejamos de lado la parte creativa y diversa del ser humano,  su inteligencia innata, y su contante evolución, ya no somos australopithecus para seguir usando las mismas herramientas que en aquella era,  somos animales pensantes, una sociedad que como muchas otras le a tocados pasar por procesos muy duros, pero de la cual solo se ha adquirido lo que nos permiten interiorizar, sin ir más allá de lo obvio. Nosotros como jóvenes debemos implementar nuestras energías en lo nuevo, para que así lo viejo perezca ya que si pensamos que destruyendo lo viejo surgirá lo nuevo estamos confundiendo la realidad, lo nuevo sustituye lo viejo como un software de computación, el cual no destruye lo viejo sino lo deja obsoleto, es ahí donde tenemos que implementar nuestro potencial y nuestra juventud, y dejar las armas de lado para tener las manos vacías y poder crear un nuevo mundo.

Primera luna llena de mayo.

Un día como hoy visto transparencia.

 Me di cuenta de que no es necesario  darse cuenta,

que ya es y nada más,

la vida no disfraza lo real,

lo real es que disfrazamos la realidad,

observando con los ojo lo que los ojos no pueden observar.

Rótulo, nada más.

Del momento en que no ocupas los ojos para mirar,

y miramos mucho más allá,

 la realidad

siempre estuvo donde tus ojos no pueden mirar.

separando la vida como algo “normal”

Aunque ahora

vivo  al máximo  la tristeza, el odio

y la soledad, con la misma intensidad

que la alegría, el amor y la unicidad.

Como no voy a querer experimentar de ese dulce néctar que me impulsa

a dejarme llevar.