miércoles, 10 de junio de 2015

La atracción por la gravedad es inevitable entre dos cuerpos, siendo yo el más pequeño.

... ... ...?
Desde que intento  flotar suele pasar,
que con toda intención me dejo llevar,
no es raro gozar, lo extraño es donde voy a parar.
La sorpresa abunda y la espontaneidad,
Frente a mis ojos esta el palpitar.
Ahí es cuando empiezo a nadar, y me abruma tan fuerte gravedad.
Por más que logro entrar en la mar, la corriente de algún modo me lleva hasta acá.
Maldigo bendiciendo dichosa marea,
que los astros se alinean para manifestar,
el impar de letras basta para palpitar,
de aquel hábito que suelo dejar,
Así es el cansancio de nadar, y no siento que tierra tengo que tocar,
ni tampoco dejar este hermoso mar.
Puede que esto sea  sornar
pero en sueños no quiero estar,
que incompetencia del medio para olvidar,
me enojo y acepto esta tontería
Que sin duda alguna,
me inquieta,

me besa y da alegría.


              
  


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