martes, 7 de julio de 2015

No siempre le gano a la razón

Cuando se lucha batallas mentales. 

Quiero hacer algo para no conseguir algo, algo que vacié toda expectativas, más allá del disfrutar o no disfrutar.  No-hacer por hacer es lo que siento, pero cada vez que me empeño en no-hacer no puedo no-hacer, me nublo con metas predestinadas  y esperadas, me alejo con cada intento… y como no intentar,  y no lo digo con ironía sino como en verdad hago algo sin intentarlo, es como ser inconsciente constantemente, como cambiar de rol entre el consciente y el inconsciente pero desde la conciencia.  Suena como un juego de palabras sin sentido pero me pesa el intentar no-intentando. Y por qué querer no-hacer dirían algunos, y porque hacer digo en respuesta. He convertido la felicidad en un deseo, algo que tengo que conseguir, me ocupa esta paradoja más del presente y me envuelve, intento darle un sentido baladí, pero al ser de esa esencialidad caigo en lo absurdo. Todo esto me lleva aplicar lo aprendido, pero no tiene lógica. He cometido un gran error a causa de ser feliz, que la convertí en un menester. Ser boyante es mi deseo, deseo del cual debo dejar y volver a navegar, y quien sabe puede que algún día Camilo sea feliz. Esto es tan irónico, tengo eso tan arraigado que solo lo hago por el mismo objetivo, porque entiendo que es el camino, como con resignación. Como todo un creyente me dirijo hacia el cielo…

También cuentan las derrotas del día a día, no siempre se gana, y hoy soy quien soy gracias a mis derrotas. Es parte de la metamorfosis.  

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