lunes, 9 de noviembre de 2015

Identidad.

Me he dado cuenta que a una persona no la reconozco por sus logros, ni por sus derrotas, no la reconozco por su apariencia, ni por su ausencia, no la reconozco por lo que sabe o por lo que no sabe, por lo que tiene o por lo no tiene, por lo que da o por lo que guarda. Da exactamente lo mismo que haga o deje de hacer, a una persona la reconozco cuando me veo en ella, cuando no la juzgo y me puedo ver con claridad, ver lo que realmente somos. Cuando me reflejo en esa personas, en todo lo que hace o lo que no hace, en todo lo que da o no da, en todo lo que sabe o no sabe, en todos sus logros y en todas sus derrotas... Ahí estoy yo, reflejándome en mí mismo, mirándome a la cara y reconociéndome en mi reflejo.

Cuando me miro en ti, puedo reconocerme, y ver todo lo que sé y lo que no sé, todo lo que regalo y lo que guardo, todo lo que veo y no veo, todo lo que acostumbro y todo lo que he dejado ir, todo lo que disfruto y lo que me causa disgusto, pero sobre todo, puedo ver todo lo que he amado. Mi reflejo eres tú, y tú eres yo.

1 Comentarios:

A la/s 20 de noviembre de 2015, 5:58 a.m., Blogger camila dijo...

Un raggio di sole in nome dell'amore...!
Buenas letras saltamontes!

 

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